Descripción:
En este primer volumen de la Serie Instituciones y Programas de Formación del proyecto de investigación Antropología de la Antropología (AdelA) de la Red Mexicana de Instituciones de Formación de Antropólogos (RedMIFA) se presentan las historias institucionales de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), El Colegio de Michoacán (Colmich), la Escuela Nacional de Antropología e Historia en Chihuahua (ENAH-Chihuahua, desde hace poco convertida en Escuela de Antropología e Historia del Norte de México) y El Colegio de San Luis (Colsan). Con estas cinco historias se abre una reflexión más amplia sobre los últimos treinta años del desarrollo de la disciplina en México. Vistas por separado, cada historia institucional se refiere a un inventario de acontecimientos que, al ser ordenados cronológicamente, dan cuenta del itinerario seguido por cada programa de antropología con el fin de constituirse como tal. En la estructura diferenciada de las licenciaturas y los posgrados de antropología que se imparten en México han incidido factores de diversa índole, entre los que sobresalen las coyunturas políticas y económicas por las que ha atravesado el país en las últimas décadas. También han influido la transformación de las políticas públicas en educación superior, el tipo de centro de docencia e investigación en el que se inscribe cada programa, las diferentes configuraciones de las entidades federativas y de los gobiernos que las presiden, así como el perfil de los grupos académicos que fundan y sostienen cada proyecto. Al final se concluye que si queremos mirar al futuro junto con las jóvenes generaciones de antropólogos que se están formando, no basta con discutir sobre los programas de enseñanza de la antropología y el modelo de educación superior. De vital importancia resulta ahora también cuestionarnos sobre el papel que debería tener la educación en general y la antropología en particular en el proyecto de país al que aspiramos. Ya no es posible abordar aisladamente los problemas de las instituciones educativas y los centros de investigación. Es necesario ubicarlos y repensarlos como parte integral de un proyecto de nación incluyente que se plantee, si no resolver, al menos reducir la lacerante brecha de desigualdad que se ha exacerbado en las últimas décadas.